Pseudogestación, falso embarazo o popularmente llamado, embarazo psicológico (pseudociesis) en perras. Son múltiples los términos que se refieren al comportamiento maternal combinado con los signos físicos del embarazo después del ciclo estral el cual es conocido como celo en una perra la cual está entera, es decir, no la han castrado o esterilizado, y no está preñada. Un embarazo falso puede ocurrir en una perra, sin importar si fue apareada o no. La mayoría de las perras intactas mostrarán algunos signos de falso embarazo después de un ciclo estral. Estos falsos embarazos presentan os mismos síntomas que una perra gestada.

Agrandamiento de las glándulas mamarias con o sin producción de leche, letargia, vómitos periódicos y retención de líquidos además de pérdida del apetito sin evidenciar pérdida de peso.

Estos signos ocurren a cualquier edad. La severidad de los signos clínicos varía entre individuos

Los cambios de comportamiento del pseudoembarazo incluyen anidación, actividad maternal, inquietud, disminución del interés en la actividad física e incluso agresión. Algunos perros afectados mostrarán signos de un parto falso y luego protegerán juguetes u otros objetos.

¿Por qué se producen estos signos?

En vida salvaje los caninos viven en manadas. Las hembras alfas son las responsables de garantizar la alimentación de la dicha manada por lo que son las encargadas de salir a cazar. Además, son las únicas responsables de la reproducción. Las otras perras de la manada no tienen este tipo de responsabilidades excepto amamantar a las nuevas crías. Las crías de las hembras alfas.

Las perras tienen un ciclo estral de 6 meses, es decir, dos veces al año. Todas las hembras de una manada caen en celo prácticamente al mismo tiempo. Las hembras alfas quedan gestantes mientras las otras evidencian pseudogestación. Después del parto, las perras dominantes deben seguir su tarea de alimentar a la manada por lo que las otras, gracias a la falsa gestación producirán leche con el fin de seguir amamantando las nuevas crías. Esta característica aún es conservada por nuestras mascotas.

La mejor manera de evitar que esto se repita es realizando una castración o ovariohisterectomía.

Perras mayores de 5 años tienen mayor predisposición a padecer endometritis la cual progresa rápidamente a piometra, una infección uterina fatal que sólo se resuelve realizando el procedimiento quirúrgico.

Este procedimiento, preventivamente, evitará la pseudogestación, infecciones uterinas, el desarrollo de tumores mamarios y el nacimiento de crías no programadas.

Hablar con el veterinario de su mascota para discutir las ventajas y desventajas de la castración siempre será una decisión inteligente.